La rodilla es una de las articulaciones que más utilizamos, lo ideal es inmovilizarla lo menos posible ya que si esto pasa la rodilla se vuelve rígida, los músculos pierden tono, la marcha se modifica haciendo que otras articulaciones duelan y el pronóstico puede no verse favorecedor.
Una vez que se diagnostique la lesión de rodilla, se debe de tratar el dolor que impida su movilización, para posteriormente dejar ejercicios de fortalecimiento muscular específicos para mantener el tono muscular, evitar al máximo la rigidez y tolerar mejor la marcha, a la ves de evitar una mayor lesión sobre la rodilla.
Los ejercicios que se recomiendan son los llamados isométricos, los cuales mantienen la rodilla ya sea en extensión o en flexión sin cambiar la posición de la rodilla mientras se realizan, ejemplos de estos son:
Paciente sentado rodilla en extensión completa y elevarla 10 veces por 10 segundos
Paciente acostado con una almohada debajo de su rodilla, intentando aplastar la almohada para lograr la extensión.
Almohada sobre las rodillas intentando apretar la misma lo que fortalece la parte interna.
Banda elástica sobre las rodillas, intentando vencer la resistencia al separarlas.
Estos ejercicios antes de realizarse deben de ser valorados por el especialista para saber si son los indicados o se deben de modificar.